Escapada cántabra Junio 2019

Publicado por El Japones Errante en

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Día 1 - Viaje de ida al Campo Base

ruta

La primera parte la hacemos por la autopista A-8, ya que salimos a la tarde, hay que levantar el país. Continuamos hasta Los Tánagos, donde nos salimos para hacer un poco de carretera comarcal y nacional, haciendo alguna parada.

RUTAS

RESTAURACIÓN

HOTEL - CASA

Hacemos una parada al salir de la autopista para tomar un café y alguna corbata, estamos en tierra de ello. 

Nuestra siguiente parada será en Comillas, donde nos escapamos a ver El Palacio de Sobrellano y el Capricho de Gaudí, suerte que esperaron a cerrar sus puertas, pues llegamos muy justos.

Cenamos en Casa Enrique, un hotel restaurante en el centro de Solares, con muy buena crítica y que de primeras nos gusto el estilo reinante. Además tuvimos la suerte de ser recibidos por la encargada/maitre, que nos asesoró en algunos platos y que estuve muy atenta hacia nosotros.

Nuestro campo base serán en un pueblito al lado de Solares, en la Hostería la Moraleja. Una casa amplia con varias habitaciones y con un trato cercano y cordial. Lo que buscamos normalmente. Además se encontraba a menos de 2 kilómetros de Solares, con lo que bajábamos a cenar o a tomar algo caminando

Día 2 - Ruta por la montaña cántabra

Nuestro segundo día, teníamos previsto hacer una ruta por la zona de las Alisas, Lunada y el Valle de Ansón, aunque debido a imprevistos tuvimos que acortar un poco la ruta. No obstante pudimos visitar otras carreteras y otros puertos, como el de los Tornos, que siempre son una maravilla para losriders.

Comenzamos haciendo un poco de curveo hasta llegar al Puerto de Alisas, donde hicimos nuestra primera parada para hacernos unas fotos. Con días como éste, es una pasada las vistas que hay.

Al descenso giramos a la derecha buscando una carretera que está «arreglada» de hace poco, donde pudimos ver el Monumento a la Vaca Pasiega, lástima que siempre haya por ahí algún desalmao y ya esté un poco cascada.

Tras bajar del Collau Espina , giramos hacia el sur para adentrarnos en la provincia de Burgos a través de otro puerto digno de mencionar por su belleza y curvas, el Puerto de Portillo de Lunada. La parte cántabra es bastante más revirada y estrecha, mientras que la burgalesa es más amplia y rápida.

Ya en las Machorras, hacemos cuenta del trayecto y la reserva que tenemos hecha y optamos por acortar ruta e ir por Nacional para no llegar tarde.

Así que bajamos a Espinosa de los Monteros y tiramos al este buscando la N-629 hasta Bercedo donde enfocaremos norte hasta llegar a Ampuerto, pasando por el Puerto de Los Tornos, luego giramos a la izquierda en dirección a La Aparecida, donde teníamos la reserva para comer. Pudimos también hacer un poco de visita cultural en el Santuario de la Bien Aparecida.

Tras la comida, la vuelta fue más corta y menos trabajosa, sólo hicimos un puerto importante y ya en el campo base, sólo dos locos nos fuimos a visitar Peña Cabarga que la teníamos al lado e indudablemente merecía la pena hacer la escapada.

RESTAURACIÓN

Comemos en el chigre del Restaurante la Solana, en la población de La Bien Aparecida (Ampuero). Un trato exquisito donde degustamos un menú creado a medida por el chef Ignacio Solana.

Día 3 - Retorno a nuestras casas

En esta vuelta a casa, elegimos hacerla por la costa por miedo a que el tiempo empeore y nos coja la lluvia en ruta.

Por lo que haremos un poco de autopista y luego unas curvas, para finalmente volver a la costa y hacer Nacional hasta que se pueda. Tras dar alguna vuelta escapando de las pruebas domingueras de bicis por Torrelavega, llegamos a Cabezón de la Sal para dirigirnos al sur hacia Ruente.

Un poco más adelante giramos a la derecha en dirección a Puentenansa y volvemos hacia el norte buscando el mar por Pesúes y luego Unquera, donde hacemos acopio de dulces.

Un poco más adelante pararemos a comer por Ribadesella y seguirmos la N-632 hasta Villaviciosa, alto la Campa y autopista a casa.

RESTAURACIÓN

Para terminar el viaje, comemos en Ribadesella, en un local pequeño y escondido llamado Quince Nudos, el trato es cordial y la comida está muy rica. Especialidad en arroces, que pedimos uno de setas y otro negro de calamares y realmente estaban sabrosos y potentes.

Un final perfecto para un fin de semana genial.


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